Capilla Musical del Andújar - Jaén escondido

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La Capilla musical de Andújar

Otra muestra de que no todas las capillas musicales estaban vinculadas a centros o instituciones religiosos la tenemos en esta capilla, sobre la que la corporación municipal ejercía de mecenas. Considerada como la primera escuela de música de ámbito local, se posee documentación sobre su existencia desde el siglo XVII hasta el primer tercio del XX.
De carácter civil, y gestionada por el Ayuntamiento de Andújar, desarrolló su actividad musical tanto en la ciudad como en las localidades de su entorno, participando en eventos y fiestas tanto religiosas como profanas.
Al igual que las capillas musicales dependientes de centros religiosos, esta capilla estaba dirigida por un maestro, el cual tenía las mismas atribuciones y tratamiento.
El primer maestro del que se tiene constancia, a principios del siglo XVII, sería Pedro Valtierra, época en la que dispondría de una dotación de ministriles y cantores.
Ya en 1632 existe información sobre la renuncia de Pedro de Santamaría de su puesto de maestro en Granada y su solicitud del mismo cargo en la de Andújar.
En 1637 sería Juan Camacho quién se hiciera con el magisterio de la capilla sin concurso-oposición, supuestamente mientras se presentara la vacante a concurso público, la cual ocuparía en 1641 Juan de Cuevas, incorporando este nuevo maestro a la sección instrumental nuevos instrumentos como el arpa y la guitarra, entre otros.
Parece ser que en 1642, Pedro de Santamaría vuelve a hacerse cargo de la dirección de la capilla.
También contó la capilla en esta centuria con otros maestros como Pedro Santamaría.
Hay que destacar que, durante los años 40 del siglo, las convulsiones políticas y económicas afectan negativamente a la estabilidad de la capilla tras los problemas a la hora de realizar los pagos a sus miembros.
En relación con los ministriles podríamos decir que en ocasiones han escaseado, siendo necesario recurrir a otros músicos o cantores de Úbeda.
En la primera mitad del siglo XVII la sección instrumental estaría compuesta de tres ministriles asalariados, bajonista, arpista, corneta y chirimía, organista y un número indeterminado de cantores, además del maestro.
En el siglo XVIII la capilla continúa con su actividad, aunque con una composición algo mermada por las dificultades económicas por las que atravesaría. Durante este siglo se suceden maestros como Manuel A. Bermúdez, Francisco de Vargas Machuca y Pedro Furió, quien sería el maestro más importante de todos los que han pasado por ella. Este maestro lo fue anteriormente de la capilla de Elche a la edad de dieciséis años.
A diferencia del maestro, los ministriles tenían comprometida la dedicación exclusiva a la capilla.
Durante su existencia, la actividad de la capilla consistió en dar solemnidad y amenizar todo tipo de festividades, tanto de índole civil como religiosas, siendo éstas últimas las más numerosas, teniendo una especial relevancia sobre todas la fiesta del Corpus.
Otros acontecimientos extraordinarios que supondría la organización de eventos organizados por la ciudad, y en los que participara la capilla, serían los nacimientos, proclamaciones y defunciones de los diferentes reyes; así como en las rogativas a Dios y a la Virgen.




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